El nombramiento de Claudio «Chiqui» Tapia como presidente de CEAMSE, el organismo responsable de la gestión de residuos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), marca un giro significativo en la gestión del medio ambiente en la región. Este artículo explora los cambios en la conducción de CEAMSE, el contexto político y deportivo que envuelve a Tapia y el significado de su nuevo rol para las complejas problemáticas ambientales que enfrenta el AMBA.
Un cambio en la conducción de CEAMSE
El nombramiento de Tapia supone un cambio de liderazgo en CEAMSE, sucediendo a Mónica Cappellini, cuya gestión fue elogiada por el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. Este cambio refuerza la relación política entre Kicillof y Tapia, quien había sido vicepresidente de CEAMSE en representación de la Ciudad de Buenos Aires hasta su desplazamiento por la administración de Jorge Macri. La llegada de Tapia a la presidencia del organismo promete un giro en las políticas de gestión de residuos en el AMBA.
La salida de Tapia de la vicepresidencia de CEAMSE estuvo enmarcada en una disputa política dentro del PRO y su enfrentamiento con Mauricio Macri por la propuesta de reconvertir los clubes de fútbol en sociedades anónimas deportivas (SAD). Tapia fue uno de los principales opositores a este plan, respaldado por el presidente de la Nación, Javier Milei, y su ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger. Este trasfondo refleja la convergencia de intereses políticos y deportivos en la figura del líder de la AFA.
La alianza entre Tapia y Kicillof
El vínculo entre Tapia y Kicillof ha ganado visibilidad en los últimos meses. A principios de diciembre, ambos dirigentes presentaron un convenio para convertir el Estadio Único de La Plata en la nueva casa del fútbol argentino. Este acuerdo consolida una relación que ahora se amplía con el liderazgo de Tapia en CEAMSE. La alianza entre Kicillof y Tapia representa una nueva configuración de poder en la gestión de residuos y el desarrollo deportivo en la provincia de Buenos Aires y el AMBA.
El nombramiento de Tapia ha generado reacciones encontradas. Desde el gobierno de Jorge Macri, minimizaron la relevancia política de su salida de CEAMSE, argumentando que se trató de un proceso natural tras la expiración de los mandatos. Sin embargo, el regreso de Tapia, ahora con mayor poder como presidente del organismo, reaviva las tensiones entre las administraciones de la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) en materia de política de residuos e impacto ambiental.
Los desafíos de la gestión de residuos en el AMBA
El Área Metropolitana de Buenos Aires enfrenta desafíos complejos en la gestión de residuos sólidos urbanos. La generación de residuos ha aumentado significativamente en las últimas décadas, superando la capacidad de los sistemas de recolección y disposición final. Los rellenos sanitarios están alcanzando su capacidad máxima, lo que genera preocupaciones ambientales y sanitarias. La falta de infraestructura de reciclaje y compostaje agrava el problema, con solo una pequeña fracción de los residuos desviados de los vertederos.
Además, la gestión de residuos está marcada por la informalidad y la falta de conciencia ambiental. Los residuos suelen ser dispuestos en basurales a cielo abierto o quemados, lo que contamina el aire, el suelo y el agua. La falta de educación y participación ciudadana dificulta la implementación de soluciones sostenibles para la gestión de residuos. Abordar estos desafíos requiere un enfoque integral que involucre a todos los niveles de gobierno, las empresas y la sociedad civil.
Fuente: https://derechadiario.com.ar/politica/mano-kicillof-chiqui-tapia-asume-presidencia-ceamse
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