El rotundo fracaso de los «Chachos»: Una crónica de la improvisación y el despilfarro
Introducción: El espejismo de la solución financiera
Con gran entusiasmo, el gobernador Ricardo Quintela presentó los «Chachos» como la solución definitiva a los problemas financieros de La Rioja. Sin embargo, seis meses después, la realidad ha demostrado lo contrario: un mecanismo ilegal que perdió su valor rápidamente y fue rechazado por los propios riojanos.
La advertencia ignorada
El análisis de Javier Milei
El presidente Javier Milei advirtió desde el principio que los «Chachos» eran un parche para ocultar el desorden fiscal de La Rioja. Afirmó que no intervendría para rescatar la cuasimoneda, asegurando que solo engañaban a la gente con un papel sin respaldo.
El derrumbe del espejismo
La pérdida de valor y el rechazo
Los «Chachos» no tardaron en perder su valor en la práctica. Muchos comerciantes se negaron a aceptarlos, mientras que otros lo hacían solo bajo amenazas del gobierno provincial. La cuasimoneda se convirtió en un reflejo del Estado que gasta más de lo que tiene, una estrategia que ha fracasado a lo largo de la historia argentina.
La incapacidad de reconocer el error
La victimización de Quintela
A pesar del rotundo fracaso, el gobernador Quintela parece no estar dispuesto a reconocer su error. En lugar de asumir la responsabilidad de su gestión, recurre al discurso de victimización, asegurando que la provincia «no recibe los fondos que le corresponden». Su incapacidad para gobernar quedó demostrada una vez más con los «Chachos».
Un capítulo más de improvisación
La historia del peronismo
Los «Chachos» fueron solo una muestra más de la improvisación y el despilfarro que caracterizan al peronismo. Al aferrarse a soluciones fracasadas, La Rioja se suma a otro capítulo en la larga historia de improvisación de este movimiento político.
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